El permiso de conducir se hace cada vez más necesario para la vida diaria y para el trabajo. Es una necesidad que hace que superar el examen se haya convertido en una de las pruebas que más nerviosismo genera. A unos porque se les hace “casi imposible”, y a otros porque solo con pensar en el precio de tener que renovar o tener que presentarse puede causar un gran disgusto al bolsillo.

Hay una serie de recomendaciones que podemos tener en cuenta para que el examen se nos haga “menos cuesta arriba”.

Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta se refiere al teórico. Se trata de una prueba tipo test, por lo que deberíamos ponernos en situación y pensar que es como una asignatura más de la universidad o del instituto. Evidentemente, para pasar la prueba sin problemas hay que asistir a clase con constancia y atender a las explicaciones del profesor.

En la autoescuela te ofreceremos además hacer todos los test del programa del ordenador. Hazlos, ya que la mayor parte de las preguntas son iguales o similares a las que ya has hecho durante el periodo de aprendizaje.

El día del examen teórico, lee las preguntas y sus correspondientes respuestas con calma, por mucho que sepas que una de ellas es la correcta, no te precipites ya que hay muchas respuestas trampa que atienden solo a matices.

Uno de los problemas que hacen más difícil aprobar el examen es que la parte teórica, el alumno, la considera menos importante, cuando en realidad esa teórica es la que nos va a servir para enfrentarnos mejor a la parte práctica.

En la prueba práctica, tendremos que prestar especial atención a las glorietas, a los carriles de aceleración y las detenciones de los STOP, que es donde más fallos solemos comenter.

Otro de los aspectos es el de conocer los mandos del coche en el que nos vamos a examinar. Y no hablamos solo del acelerador, el freno, la palanca de cambios. También elementos como los lipiaparabrisas y las luces. «En más de una ocasión un chaparrón en medio del examen nos obliga a poner los limpias, y si el alumno no sabe o no recuerda cómo se hace, puede suponer más nerviosismo, y por supuesto, un suspenso».

Otra recomendación importante y que no podemos olvidar es la colocación del asiento y que es otra de las cosas que se les suele olvidar a los alumnos durante el examen. Es muy importante porque si no lo has regulado bien, corres el riesgo de que, una vez que el vehículo esté en marcha, no tengas una buena visibilidad por los retrovisores, o incluso no llegues bien a los mandos o los pedales.

Y por último, el examen hay que hacerlo con naturalidad, pensar que el examinador es un pasajero más y que simplemente va a evaluar lo que ve. No van a engañar a los alumnos y no se sientan en el coche pensando en suspender, son personas que simplemente tratan de hacer su trabajo todo lo mejor que pueden y que sí el alumno va preparado tendrá muchas probabilidades de aprobar.